Son muchas las denuncias que se reciben día a día en relación con los resultados defectuosos o nocivos que se ha visto obligado a soportar un individuo cuya única pega fue el confiarle su salud a un facultativo que no supo estar a la altura de las circunstancias, o bien no dispuso del material, personal o conocimientos necesarios para tratar a dicho paciente.

Nuestros abogados especialistas en Negligencias Médicas han podido ser participes de muchos casos de Secuelas por mala praxis.

Casos de personas que fueron a una simple operación de rodilla y acabado en estado cuasi paralitico porque el facultativo o su personal no se supieron guiar por la lex artis correspondiente, y que le propiciaron, bien la lesión de algún nervio que no debería de haberse visto afectado, bien del desplazamiento de algún hueso vital para el sistema locomotor del individuo, o porque el material utilizado no estaba bien calibrado para la intervención o no era el adecuado (hemos visto casos en el que el propio contenido de la anestesia epidural, supuestamente utilizada para calmar el dolor, fuese la causante de los problemas de movilidad de nuestro representado).

Como podemos ver las causas pueden ser variadas, casi tanto como las consecuencias.

Casos de Secuelas por mala praxis

En lo que se refiere a causas que podría generar una mala praxis sanitaria, entre las más habituales nos encontramos con:

  • Errores en intervenciones quirúrgicas, ya sea por circunstancias ajenas al médico (error de diagnostico de un medico tercero examinador,…), o bien por un puro error humano.
  • Omisión de información al paciente.  sobre el procedimiento, los riesgos o las alternativas de una intervención. El paciente debe ser conocedor ellos en todo momento y aceptar voluntariamente todo el riesgo que implica el someterse a tal intervención
  • Mala prescripción de medicamentos o está directamente contraindicado por la situación clínica particular del paciente.
  • La impericia, o el escaso conocimiento o habilidad del médico para interpretar los síntomas y signos del paciente y realizar un diagnóstico,  o su escasa formación para realizar la intervención que se trate. Ello se puede traducir también en Imprudencia, derivada de un exceso de confianza por parte del facultativo en la determinación del diagnostico del paciente, lo que le puede llevar a obviar algunos síntomas como los habituales de otras enfermedades mas graves, centrándose únicamente en la que éste considera, sin realizar mas prueba, y, por lo tanto, no tomar medidas para prevenirlas.
  • La realización tardía de un diagnóstico, perdiéndose un tiempo vital para realizar el tratamiento adecuado que permita la curación o supervivencia del paciente.
  • No proveer los medios técnicos y/o humanos para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes, la falta de acondicionamiento de algunos centros,… en definitiva, escasez o ineficacia del material específicamente pensado para tan ardua y vital tarea como es la de permitir la supervivencia del individuo que ha puesto su vida y salud en manos del sanitario.

Aclarados un poco las causas mas habituales, realizaremos un listado centrándonos en las consecuencias que mas se han avistado tras producirse una actitud imprudente por parte del sanitario encargado de curar a su paciente, centrándonos principalmente en las secuelas más comunes:

  • Podemos encontrarnos con situaciones en las que el perjudicado pueda quedar incapacitado de forma total o permanente debido a una mala intervención que pudo haber desplazado algún hueso de la pierna o la columna vertebral, o haber agarrotado algún musculo que tras ello provocara dificultades para el individuo a la hora de moverlo.
  • También existen dolencias o infecciones derivadas de un mal suministro de medicamentos o tratamientos, ya sea porque el paciente es alérgico o porque se le receto de manera innecesaria, lo que puede acentuar de manera grave cualquier pequeña lesión o herida que el paciente hubiese padecido antes de visitar al médico por primera vez.
    Recordemos el caso del joven valenciano al cual su deseo de ser atleta de elite se truncó tras una mala decisión del traumatólogo que intento sanarle su lesión y le provoco una necrosis por apretarle mucho el vendaje y no aplicarle la correspondiente cobertura antibiótica necesaria.
  • También pueden derivarse en secuelas las provocadas por infecciones nosocomiales, o, dicho de otra manera intrahospitalarias. Algunas remiten con el tiempo o con una buena cobertura antibiótica; pero otras pueden propagarse hasta otros órganos vitales, o, incluso en los mismos en los que se hospedan, provocar cualquier tipo de dolencia (enfermedades respiratorias, infecciones urinarias o gastrointestinales, cegueras,…). Asimismo la falta de asepsia de muchos centros, principalmente de su instrumental, puede traducirse en la transmisión de enfermedades de contrastada gravedad que el paciente no padecía, ni tenía porque padecer.

La secuelas no tienen por qué ser siempre físicas, también pueden ser psicológicas si el paciente, o su familia, cree que la mala respuesta por parte del sanitario derivó en su situación actual, situación que le va a perjudicar su calidad de vida a largo plazo.

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